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Quilapayun, un canto imprescindible

Jueves 6 de octubre de 2005, escrito por Alejandro Espinosa Camargo

Alejandro Espinosa, un "francochilenauta" de origen mexicano, asistió al recital de Quilapayun en Bondy y quiso compartir sus impresiones con los otros francochilenos.

Habría que parafrasear a Bertolt Brecht para afirmar que aquellos que cantan toda la vida son los imprescindibles y habría que haber estado presentes en el concierto de Quilapayún el pasado 30 de septiembre, para constatar la vigencia de un canto que se mantiene a la vanguardia de lo más digno de la música de América Latina.

Esa noche, a pesar de la intensa lluvia que se abatió desde temprano sobre la capital francesa, el público saturó la sala André Malraux de la Ville de Bondy, para escuchar al grupo más representativo de la Nueva Canción Chilena.

Una prolongada ovación saludó la aparición en escena del legendario conjunto. El programa se inició con tres variaciones breves de "El pueblo unido", ejecutadas a dos pianos por Patricio Wang y Chañaral Ortega. A este tema siguió "Yaraví y huayno", soberbia fusión entre la tradición y la modernidad. Durante las dos horas siguientes, los quilas ofrecieron un concierto impecable que satisfizo con creces toda expectativa, llevando a los asistentes a un recorrido musical por cuarenta años de actividad ininterrumpida : desde temas fundamentales como "La Muralla" y "El Tío Caimán" hasta composiciones recientes como "Suite Movie", "Temporia" y "Fuerzas naturales" (estas dos últimas debidas al talento de Patricio Wang, director musical del conjunto) de excelsa factura, que se ubican entre lo mejor de la música popular contemporánea. Todo ello sin olvidar a Violeta Parra y Victor Jara, presencias sempiternas evocadas en "Qué dirá el santo padre", "Plegaria a un labrador" y "El pimiento". Resultó particularmente emotiva la canción dedicada al presidente Salvador Allende (de Parada y Wang), quien en 1970 nombró a los Quilapayún embajadores culturales del gobierno de la Unidad Popular. Este tema bien podía calificarse de perfecto por su alta calidad poética y musical y por la soberbia interpretación del conjunto. Casi al final, con el puño en alto, el coro emocionado del auditorio interpretó "El pueblo unido", para terminar bailando en abierto festejo al ritmo de "El malembe".

La noche del viernes pasado, en Bondy, la música y la poesía reafirmaron la esperanza en un mundo mejor, un mundo en el que "hay que creer, para poder llegarlo a ver", como acertadamente lo expresara durante el concierto Rodolfo Parada, director artístico del grupo.

La sonorización y el diseño de iluminación, estupendos, contribuyeron a convertir la velada en un acontecimiento que perdurará en la memoria de quienes tuvimos la fortuna de presenciarlo.

Quilapayún mostró la fresca madurez de una propuesta en constante evolución, que no evoca el pasado sino para instrumentarlo en función de un presente en el que la lucha por la dignidad del arte sigue viva, reafirmando al mismo tiempo una autenticidad ajena al facilismo nostálgico, definitivamente distanciada de aquellos que profitan de la memoria dolorosa de la historia reciente de Chile y América Latina, para enarbolar consignas que hace tiempo dejaron de sentir como propias, o "reencuentros" mercantiles que no merecen siquiera un comentario.

Gracias, Quilapayún, por la sublime terquedad de seguir cantando en defensa de las causas justas y gracias por ese empeño de permanente renovación que define vuestro trabajo. Gracias hermanos, aunque parezca poco, por vuestro canto imprescindible.

Alejandro Espinosa Camargo nació en la Ciudad de México, es comunicólogo y músico. Escribe cuento, poesía, teatro y guiones de radio y televisión. Premio de cuento "Lotería de Cuentos" (Ed. Planeta, 1996) y Premio “Gabriel García Márquez” (1997) por la revista “La Casa Grande” de la Universidad Nacional de Colombia. Actualmente se encuentra en misión pedagógica en Dijon, Francia.

comentarios

  • Recordando a Victor jara : "canto que ha sido valiente siempre serà canciòn nueva"; y en eso radica la siempre agradable presencia de Quilapayùn, su canto valiente para seguir cultivando la esperanza.
    Y gracias a Julian que siempre sabe transmitir con sus letras la emociòn de lo vivido.

  • Reencuentros mercantiles??????, no sera mercantil la actitud que tuvo parada, olvidando todo el espiritu de consulta, transaparencia,unidad que unia a Quilapayun, transformandola en algo casi dictatorial, registrando la marca unicamente a su nombre, casi a escondidas. Eso si que es una actitud mercantil, y olvida todo el espiritu colectivo de antaño.
    Encuentro realmente valorable el reencuentro de los integrantes Historicos de Quilapayun, ellos quieren reivindicar todo lo historico y lo perdido. Eduardo Carrasco, Hernan Gomez, Carlos Quezada, Hugo Lagos, entre otros, se merecen todo nuestro respeto pertenecen a la historia y esencia del verdadero Quilapayun. Me emociona mucho presenciar a aquellos integrantes del quilapayun de antaño, yo soy un joven chileno de 17 años, desde chico que los escucho, y cuando supe la noticia del reencuentro, senti una gran emocion. la faccion Francesa, no me producia nada, sentia que era un grupo armado con personas desconocidas tocando en el escenario haciendose llamar Quilapayun.

    Creo que la escencia, el verdadero espiritu, va mucho mas alla que la continuidad de un conjunto, ya que el verdadero Quilapayun debiera ser la continuidad, osea, la faccion francesa, pero la historia, la memoria y el sentimiento, es mucho mas importante y trasciende mucho mas.

    • La disputa iniciada por los ex integrantes del grupo Quilapayún en contra del propio grupo es un asunto delicado por cuanto ha creado confusión entre los seguidores de buena fe del conjunto, como es tú caso. La realidad sin embargo no ha podido ser deformada para que ajuste con los decires de los "ex".
      Las acusaciones contra Parada en el sentido de "apropiarse del nombre del grupo" son insostenibles, pues varios de los integrantes habían manifestado su apoyo mediante su firma (que ahora no quieran hablar de ello es otra cosa, basta con ver cómo son incapaces de pronunciarse para desmentirlo)A eso hay que sumar el hecho de que todos los exintegrantes fueron abandonando el grupo voluntariamente. De no ser así tendrían que explicar como fue que un sólo hombre haya sido capaz de sacarlos a casi todos (No hay que olvidar que Patricio Wang era ya el director musical desde el último trecho de la "era Carrasco" y que P. Castillo es también miembro histórico del grupo.
      Por lo demás, puedo decirte que yo también he sido un seguidor de buena fe del grupo y que empecé a escucharlos más o menos a tu edad, allá por el año 78. Los cambios los entendí como un proceso natural en todo proyecto artístico. Pero no hay quien crezca más allá de lo que vale y la admiración que una vez tuve por Eduardo Carrasco se esfumó cuando empecé a recibir ataques de él cada vez que escribía una nota hablando del Quilapayún. La propia nota que leemos aquí fue cuestionada por él según puede leerse en el link:

      http://www.nuestrocanto.cl/modules.php?name=News&file=article&sid=3257

      mi respuesta fue:

      http://www.nuestrocanto.cl/modules.php?name=News&file=article&sid=3275

      Desde luego que apartir de ella Carrasco no volvió a escribir y creo que hizo bien, pues nadie puede cuestionar a un medio su derecho a informar y él mismo no puede negar mi existencia física, como si haciéndolo desapareciera el patetismo de sus acusaciones contra Parada. Estas son insostenibles y seguramente el juicio lo demostrará. Entre tanto, amigo mío, sigamos disfrutando los temas históricos del grupo, pero sin perder de vista que el pasado no regresa y que Quilapayún sigue vivo, preparando nuevos discos y conciertos, los que se bajaron del carro, sin embargo, también tuvieron su mérito, innegablemente y habrá que agradecerles lo aportado sin dejar de invitarles a que reconozcan, para sí mismos, ahí donde no necesitan aparentar otra cosa,en su propio interior que no siempre han sido honestos en sus acusaciones.
      Un abrazo

      vale

      Alejandro

      Besançon, 8 de febrero de 2006

      PD
      Los ataques via mail contra mi persona por parte de Carrasco empezaron el año 2003, siempre confundiéndome con Parada o con Xavier Pintanel. Por cierto las cartas que enviaba por aquel entonces a Pintanel y a mí (y que todavía conservo para una eventual antología de "como insultar a la gente") están escritas en un lenguaje que correspopnde más al de un beguino que al de un músico-filósofo.

    • En la postdata de mi correo anterior se me pasó una pifia del tamaño de una catedral: escribí "beguino" en vez de "veguino". Me disculpo con los lectores.

      vale

      Alejandro

    • La música de Quilapayún trasciende todo tipo de fronteras, en especila cuando transmite ese mensaje de esperanza y lucha.

    • Gracias por tu comentario, porque proviene de un espíritu limpio, honesto y revolucionario, como los que necesita la humanidad!
      Un abrazo
      Alejandro